Muy atrás quedan ya los años en los que nuestro procesador de textos, que corría sobre MS2, se mostraba en una pantalla profunda de 15» que utilizaba el contraste del color negro sobre el fondo naranja para mostrar las letras en el cristal. Luego llegaron las pantallas a color seguidas por las táctiles y las planas.
No hemos tenido que esperar mucho tiempo para ver las primeras pantallas multitáctiles capaces de interpretar el movimiento disímil de varios puntos de presión creando una vistosa intercacción dinámica.
Sin duda éste es un paso más en la adaptación de los periféricos, a la capacidad comunicativa natural del hombre. Tras la aparición del primer teclado para un IBM-PC en 1980, Steve Jobs inventaría para Apple el primer ratón compatible con el que Bill Gates se haría famoso algún tiempo después añadiéndole un botón más e inventando así el «ratón de dos botones».
El fundador de Microsoft declaraba a finales del año pasado que las herramientas clásicas de interacción con el PC, es decir, teclado y ratón, tienen fecha de caducidad. El futuro de la relación humano-ordenador pasa por la revolución de las formas de comunicación mutua. Así pues ya empizan a verse modelos de pantallas multitáctiles, alfombrillas que interpretan la sombra producida por nuestra mano, guantes dinámicos, dispositivos de reconocimiento del movimiento de distintas partes del cuerpo, cámaras tipo web-cam que traducen el movimiento en órdenes directas al PC y reconocimiento de voz. También se están produciendo progresos relevates en el campo de la nanotecnología y sobre todo en el de los dispositivos internos de reconociemiento de impulsos eléctricos. Puede que dentro de pocos años podamos introducir datos, dar órdenes o «hablar» con nuestro PC con tan solo pensarlo ya que los flujos eléctricos necesarios pueden ser captados, interpretados y traducidos por un simple chip implantado. Tan sólo resta mejorar el conocimiento sobre el misterioso lenguaje eléctrico de nuestro sistema nervioso.
Por el momento, disfrutemos de las posibilidades casi ilimitadas de interacción que nos brindan las pantallas multitáctiles de las que os dejo aquí un ejemplo.