Muchos de los trámites administrativos, burocráticos y tributarios siguen requiriendo la impresión en papel de formularios y la entrega in situ de los mismos; en definitiva, el desplazamiento físico del interesado o su representante a la ventanilla correspondiente de la Administración Pública.
La adecuación, aceptación e implementación de las nuevas tecnologías en el normal funcionamiento de la Administración continúa estancado en una etapa primaria asimilación que podríamos denominar «de descubrimiento tecnológico». La posibilidad de acceder a los formularios a través de la red supone un ahorro de tiempo innegable pero no deja de ser un mero acercamiento a la nueva realidad tecnológica.
Proyectos como el Préstamo Renta Universidad o la posibilidad de solicitar una vivienda a través de la Sociedad Pública de Alquiler, suponen, sin duda, una apuesta más seria a favor de las nuevas tecnologías. Otro ejemplo lo encontramos en la Agencia Española de Protección de Datos que permite la presentación de los documentos mediante firma electrónica (DNIe) y ha sabido introducir los avances en códigos bidi a su sistema NOTA (Notificaciones Telmáticas a la AEPD). Pero, ¿es éste el camino adecuado para construir una sociedad 2.0 ó estamos construyendo los cimientos de la nueva ciudadanía a base de parches inconexos parcos de unanimidad de acción? Si lo planteo es porque, tras estudiar el sector, considero que no se está siguiendo un plan de modernización unívoco y bien planteado.
El panorama es el siguiente: La Administración Pública está actualmente formada por organismos independientes que conforman un panal de estructuras estancas mal intercomunicadas. Éstas, acuciadas por las continuas peticiones de los ciudadanos (nuevos ciudadanos-clientes) de modernizar su sistema y maximizar su eficiencia, optaron por realizar rápidas asimilaciones de la tecnología dotándose así de páginas de acceso a la información (documentos, formularios) y en pocos casos de interacción ciudadana (presentación telemática, solicitudes on-line).
Consecuencias del panorama actual: El ciudadano debe conocer y recorrer cada una de las páginas web de cada uno de los organismos y servicios que necesita. Además, en numerosas ocasiones deberá imprimir los documentos, si los hubiera, y no podrá presentarlos telemáticamente. Se hace, por tanto, preciso el desplazamiento. Y, lo más importante: Las páginas no aceptan personalización por ciudadano y las pocas que sí lo permiten (como en los casos de préstamo o alquiler antes vistos) requieren cada una un nuevo registro individual.
Solución: La página web personal del ciudadano (La explicaré en los próximos días)
2 thoughts on “Administración de papel”
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La Agencia Española de Protección de Datos no es lo mismo que la Sociedad Española de Alquiler. Esta mal el enlace
Gracias. Ya está corregido el enlace.