La crisis de las subprimes estadounidenses del verano de 2007 convulsionó el mercado financiero creando un bucle o círculo vicioso de desaceleración en todos los sectores de la economía mundial. En los últimos días estamos escuchando opiniones de expertos acreditados que opinan que el fin de la crisis está cerca, pero debemos tener en cuenta que una gran parte de los sectores afectados aún no ha salido a la luz y se espera que en los próximos 15 meses hagan públicas las repercusiones que la tendencia económica a la baja ha tenido en sus balances. En términos macros, se puede decir que no estaremos a las puertas de la normalización de los activos hasta que se normalice la inversión inmobiliaria en Estados Unidos.
Estas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron los ponentes de la jornada de la APD sobre Perspectivas económicas y opciones de inversión en un escenario adverso, que ha tenido lugar esta mañana en Madrid. Si el tema te interesa, sigue leyendo; si no, ¡espera un par de entradas y regresamos a la temática del blog!
Las perspectivas de crecimiento en términos de economía mundial tampoco son muy esperanzadoras. De hecho, Alfonso García Mora -Director General de Analistas Financieros Internacionales– vaticinó para el año en curso un crecimiento de no más del 2% en economías occidentales y del 7% para las emergentes; en concreto, para España señaló un crecimiento inferior en dos puntos porcentuales al del año pasado y del mismo porcentaje, pero superior, respecto al que viene. Asimismo, el precio del barril de petróleo tendrá, en términos de inflación en la zona euro, una importancia clave para la economía. En cuanto al mercado inmobiliario en España, la caída del 7% que está sufriendo actualmente se verá reforzada con 4 puntos más hasta llegar al 11%. En definitiva, encontraremos crisis financiera en casi todos los activos y no podremos contar, en el entorno macro, con mayores inyecciones de capital por parte de las reservas.
La crisis tiene una explicación desde el punto de vista cíclico del mercado. Con 2007 acababa uno de los periodos más largos que haya vivido España de crecimiento sosegado (17 años) y parecía inevitable que se produjese un equilibrio en el mundo financiero. Así lo cree José Luis Malo de Molina, Director General del Servicio de Estudios del Banco de España. El único factor con que puede contar nuestra economía para «aliviarse» es la demanda exterior neta y, a pesar de ello, sigue descendiendo y se preve que llegue a valores incluso negativos para finales de año. Los motivos de la desaceleración del gasto los podemos encontrar en los altos tipos de interés unidos a los costes desproporcionados de las viviendas. En el marco internacional vemos cómo esta tendencia al alza en los precio se encuentra, además en materias primas, alimentos y petróleo.
Las características principales de la economía española en estos momentos se podrían resumir en los siguientes:
- Deterioro del clima de confianza: El índice de sentimiento económico ha experimentado un descenso de más de 7 puntos.
- Los tipos de interés han sido aumentados un 100% en pocos meses (pasando de 2 a 4 puntos)
- Endurecimiento de los criterios de obtención de créditos
- Entrada de la economía española en una fase de desaceleración del crédito
- Descenso del crecimiento del consumo privado debido a la desaceleración del empleo y, por tanto, la menor renta.
- En cuanto a la compra de viviendas: Incremento de los tipos de interés y disminución de la revalorización. Cuando la producción llega a su máximo de crecimiento, la inversión se reduce.
- Sector compensador: mercados exteriores
- Repunte de la crisis debido al desempleo y el aumento de la inflación
- Aparición de nuevos riesgos que afectan las posibilidades de crédito interior.
Las recomendaciones que el directivo del Banco de España hizo a los presentes fueron principalmente cuatro:
- Preservar el margen de actuación anti-cíclica
- Moderar los costes excedentes y rentas
- Mejorar el funcionamiento micro
- Aumentar la flexibilidad en la economía
En el siguiente post: Opciones de Inversión en época de crisis