El pasado martes 13 de mayo (hace ya tiempo) asistí al seminario profesional sobre «El futuro tecnológico del libro: Nuevas tecnologías aplicadas al sector editorial», presentado por Publidisa. Hacer una crónica de la jornada me resulta un poco fuera de lugar a estas alturas, así que haré un breve comentario sobre cómo veo yo el futuro del libro, luego os propondré el típico juego de mito o verdad y terminaremos con una serie de recomendaciones que surgieron durante la jornada y en el tradicional «café de después».
Mi visión es sencilla: A medida que vaya pasando el tiempo encontremos alternativas de acceso a la cultura escrita muy interesantes como libros digitales que podremos descargar directamente a nuestro iReader utilizando el espectro radioeléctrico o cabinas urbanas de descarga de contenidos. De hecho, estas dos alternativas ya existen y funcionan en EEUU y Japón, respectivamente. Por otro lado, Google Books se convertirá en la biblioteca universal de literatura y por medio de acuerdos con empresas de impresión bajo demanda como Lulu o Bubok podremos solicitar la impresión y el envío a domicilio de libros que ya no se venden o están descatalogados. Es decir, no creo que vaya a dejar de existir nada de lo que conocemos hoy (libro en papel y revistas) pero sí que se va a ampliar considerablemente la oferta de acceso a los contenidos.
Y ahora, ¿mito o verdad?:
Los libros dejarán de editarse en papel y serán sólo digitales. Mito
«La gente se inventa estadísticas con tal de demostrar cualquier cosa, y eso sólo lo sabe el 14% de la gente.» (Homer Simpson)
Precisamente, para evitar caer en el error de Homer, no voy a decir estadísticas por que no las tengo, pero por las reacciones que he visto en la gente siempre que se habla de este tema, existe un innegable apego al tacto y al olor de un libro que muy difícilmente pueda suplir la pantalla. También existe un cierto componente místico o sentimental que se genera al ir pasando las hojas y ver cómo cada día, el peso (y el grosor) del libro va cambiando de lado, creando un clima de inquietud por llegar (o no) al final de la historia, haciendo aún más vívida la lectura; sentimientos que no creo que pueda evocar un scroll. Por tanto, no. Seguirá existiendo el libro en papel para el enorme nicho de nostálgicos que quedamos.
Existen decenas de formatos posibles, además del tradicional libro en papel o el libro digital.Verdad
Formatos existen tantos como te puedas inventar. Aquí van algunos de los que se mencionaron en la jornada:
- Papel:
- de tapa dura
- de tapa blanda
- de bolsillo
- edición especial
- Audio libro
- Mobile books: Están teniendo mucho éxito en Japón; en especial las novelas cortas de amor escritas mediante abreviaturas, emoticones y onomatopeyas
- Ebook
- Custom publishing: Son, por ejemplo, manuales personalizados de estudiantes universitarios, libros a la carta con capítulos escogidos de varias obras distintas, etc. Se generan desde estanterías virtuales de contenido.
- PPV (o pago por visión)
- Print on demand
- Print on demanda personalizado
- Blog Books
- Weblogs
- Web Books gratuitos
- Pago por descarga
Con los sistemas de impresión bajo demanda el papel de las editoriales ha muerto. Mito
Los sistemas de impresión bajo demanda o «print on demand» permiten que los lectores o el propio autor impriman libros a placer. Esto no significa que las editoriales estén en inminente peligro ya que se seguirán ocupando de la impresión, márketing, distribución y venta del 20% de los títulos, que son los que generan el 80% de los ingresos en el mercado del libro; tal y como está sucediendo ahora. Además, las editoriales tienen la oportunidad de usar el print on demand para sacar a la luz su gigantesco catálogo de títulos descatalogados y ponerlos a disposición de usuario final sin incurrir en costes de impresión previa, transporte, almacenamiento… Por tanto, las editoriales que sepan aprovechar la impresión bajo demanda ahorrarán costes, maximizarán beneficios, tendrán mayor visibilidad en el mercado, ampliarán su catálogo de ejemplares disponibles y contribuirán de forma activa a regenerar cultura «olvidada».
Sólo un 4% de los lectores eligen libros en las bibliotecas. Verdad
Por extraño que pueda parecer, las bibliotecas ya no sirven para elegir libros, sino para consultarlos con carácter puramente académico. El 96% de los lectores deciden el libro que comprarán a través de algún buscador (el 86% utiliza Google). Esto no significa que lo compren a través de Internet, pero sí que la decisión se encuentra en la red. Para ello, autores y editoriales se sirven de herramientas como las siguientes:
- Webs temáticas
- Libros virtuales de pasada de página automática: Restringe el tiempo útil de lectura de cada página, como si lo estuvieras hojeando en una librería.
- Book trailers: Es un vídeo corto (un trailer) sobre el libro, su temática, su autor, el ambiente de la historia, etc.
- Hardware + colección de eBooks: Un ejemplo podría ser la venta de dispositivos móviles que incluyan las obras completas de un autor concreto o una colección de novelas de determinada temática.
- Promoción de autores: Haciendo relevante al autor, se venden mejor sus obras
- Blog promocional: Como el de Tres Gymnopedias.
- Redes sociales: Son potenciales clubs de fans.
Y, por último, algunos consejos…
- Tener un profundo conocimiento de las Nuevas Tecnologías
- Estudiar las formas en las que puedo aplicar las nuevas tecnologías en mi negocio. (Nota: Todos los negocios pueden deben tienen que estar en la red. TODOS)
- Buscar a las personas adecuadas dentro de la empresa o contratarlas
- Asegurarme de que cuento con todas las licencias, de que lo que pretendo hacer es conforme a derecho y de que los métodos que voy a emplear son también legales (no basta con que sean aparentemente legales).
- Hacer un plan de negocio y de estrategia.
- Aprovechar la ventaja competitiva que supone ser de los primeros en usar las Nuevas Tecnologías.
4 thoughts on “El futuro tecnológico del Libro”
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Pablo, me ha gustado tu visión sobre el futuro del libro, desmitificando algunas de las visiones futuristas y catastrofistas. Convivirán ambos formatos durante bastante tiempo.
Gracias, Elvira. A veces, la visión catastrofista es la que más vende; pero es mejor ser realista y darse cuenta de que los avances tecnológicos no destruyen sino complementan, pudiendo dar lugar a paradojas como que lo que antes era valor añadido (la copia digital) se convierta en el objeto principal de la demanda y viceversa (el papel será el valor añadido). Lo explico:
Pasará algo parecido que con las gasolineras: En un principio, el personal de gasolinera era indispensable. Luego, el ahorro de costes sustituyó a los operarios por surtidores de autoservicio. Ahora, los empleados vuelven a aparecer como valor añadido en gasolineras en las que ya lo importante no es el producto en sí, sino el servicio que te presta (trato personalizado, contacto humano, no tener que ensuciarte las manos echando la gasolina, etc).
En el mundo de los libros, pasa algo parecido con el papel. Este elemento tradicionalmente indispensable, pasa a formato digital por infinidad de motivos (como el ahorro de costes, la mejora en la distribución, la gestión, etc.). Pero al mismo tiempo, se plantea la impresión en papel como valor añadido. Lo que está pasando es que ya lo importante ha dejado de ser el soporte; ahora es el contenido, la propiedad intelectual.
Muchas gracias por la referencia, Pablo.
Es un honor y una satisfacción el servir de ejemplo en tu blog.
Un saludo.
Fernando, sois de los poquísimos que habéis entendido cómo funciona y para qué sirve realmente Internet. ¡Cómo no iba a mencionaros! Felicidades.